TeamLab, colectivo japonés constituido por artistas, ingenieros,
matemáticos, animadores, arquitectos, diseñadores y editores web; nos acerca el
poder de las conexiones a través de su propuesta “Homogenizing and Transforming
World”.
El visitante/participante se encuentra rodeado por orbes blancos que
cambian de color al tocarlos o al chocar entre sí. Las piezas se comunican
entre sí a través de una conexión inalámbrica que mantiene todo el conjunto
conectado. La instalación es una metáfora de lo que ocurre en el mundo ante la
presencia de Internet, “las personas están vinculadas y la información se
extiende de un lado a otro libremente. Las personas actúan como intermediarios
de la información y en el momento en que está se extiende, el mundo se une”. La idea surge de descubrir nuevas posibilidades en las figuras, en este
caso esferas que representan el mundo globalizado, y la interconexión entre la
realidad y la creada en el plano digital. En el espacio escuela, una ventana de la realidad cercana al niño, surgen
cada día metáforas de juego, metáforas del mundo que les rodea a través de sus
representaciones, su juego simbólico, interconexiones entre ambas realidades,
la externa y la intrapersonal de cada uno.
La información fluye a través de ellos, pero al contrario que la propuesta
original no son simples intermediarios, la transforman construyendo esquemas de
conocimiento, esquemas que les harán crecer y madurar como niños, como
personas. En su mundo todo está relacionado, crecen individualmente a su ritmo y en
armonía con otros. Se imitan, aprenden unos de otros, enriquecen sus acciones,
sus pensamientos, su lenguaje, cuando sus juegos chocan con los de otro, como
los orbes chocan entre sí y cambian de color. El juego de los niños, su
aprendizaje cambia, evoluciona y la información que portan se transmite de unos
a otros en continua transformación.El espacio presentado a los niños dará cabida a la creación de múltiples
espacios, al ser el elemento de juego susceptible de movimiento.
Se producirá una alteración de lo perceptivo al verse los niños rodeados
por esferas en todos los planos dimensionales. Se establece así una relación
entre lo que contiene el espacio (la sala en sí), lo contenido (el aire) y lo
que se mueve o fluye (los niños y las esferas). Así, todo se encuentra interconectado y relacionado entre sí, elementos y
participantes. De la relación inicial creada entre el niño y el espacio dado,
se interconecta, se entrelaza con los espacios de los demás niños. Gracias a las esferas los niños podrán ser conscientes de los volúmenes y
del aire que contienen, hacemos tangible algo abstracto para ellos, y le damos
importancia a las cosas que no se ven, como el aire, las emociones. El mundo, el universo está compuesto de esferas. La noción de esfera expresa
dominio, totalidad. Algo que no termina, no tiene fin, solo gira, fluye, se
mueve como el conocimiento y el aprendizaje. Puede crecer, pero no desaparecer.Decenas de pelotas de playa transparentes serán nuestros orbes en un
espacio tridimensional que únicamente contendrá; aire, esferas y niños. Estos
últimos serán los protagonistas de mover lo contenido, lo que se ve como las
pelotas y, lo que no se ve como el aire, la información, las emociones. Una música cuidadosamente seleccionada y unos focos de luz que irán
cambiando de color, dotarán a la instalación de la parte metafórica del juego.