EL ENFADO

El enfado es según la RAE: "Impresión desagradable y molesta que hacen en el ánimo algunas cosas. Movimiento en el ánimo que suscita ira contra alguien".

El enfado forma parte de las emociones primarias, innatas, esas que vienen “de serie”, y nos sirven para adaptarnos al medio. A medida que vamos creciendo, se van haciendo más complejas gracias al lenguaje, los signos y significados.

El enfado, como dice el monstruo de colores: “ARDE COMO EL FUEGO Y ES DIFÍCIL DE APAGAR. CUANDO ESTÁS ENFADADO, QUIERES DESCARGAR TU RABIA EN OTROS”.

Muchas veces pensamos que la vida de los adultos es siempre más complicada que la de nuestros niñ@s, pero ell@s también tienen muchos cambios y momentos difíciles en sus vidas. Nuevos amigos, nuevas situaciones, frustraciones, peleas con los amigos, golpetazos por ejemplo al bajar del tobogán…

Todo esto les provoca en ocasiones estrés y emociones que no saben cómo gestionar, que no saben cómo dejar atrás, y de las que a veces, no saben salir.

Podemos ayudar a nuestros niñ@s a expresar sus sentimientos de una forma sana que le ayude a entender que es lo que le está pasando. Pero para ello debemos darnos cuenta los adultos que el enfado no es algo “malo”, sino algo normal, que nos pasa a todos, (a los mayores nos pasa mucho).

Se trata de ayudar al niñ@ a darse cuenta de que lo que le está pasando es que está enfadado, ni más ni menos. Intentar entender el enfado una vez haya pasado, hablando de él, preguntarle qué tenía ganas de hacer cuando estaba enfadado, y que es lo que le ha hecho enfadar. Expresar el enfado es algo necesario, porque si no se acumula y luego explota al salir.

A veces, tener algo físico en lo que descargar la ira en esos momentos de frustración es perfecto. Para ello, en el aula hemos creado como recurso pedagógico para el Enfado y la Ira, nuestro “Cojín de los Enfados”. Cada clase de mayores ha creado el suyo y lo han decorado entre todos.

Así antes de gritar o pegar a un amigo, o a la profe, pueden coger el cojín del enfado y gritar en él o regañarle, y decirle lo que no les gusta…hasta que desaparezca el enfado, o por lo menos hasta que se calmen un poco.

Este recurso podéis utilizarlo también en casa con los más mayores ;) ¡funciona! Elegid un cojín viejo, o uno nuevo que compréis con ellos en la tienda, y con rotuladores de tela decoradlo con ellos, escribiendo o dibujando cosas que promuevan la calma y el buen rollo.


Y vosotros... ¿qué hacéis con vuestros hijos para calmadles en momentos de enfado?

¿Habéis probado ya este recurso? ¡Contadnos!